Función del Líquido Cefalorraquídeo

Canine dilated lateral ventricles, RVC, 2008

El líquido cefalorraquídeo (LCR) envuelve al sistema nervioso central y rellena el canal central medular y los ventrículos. Ayuda a amortiguar los golpes que recibe el sistema nervioso central (SNC). También actúa como un potenciador químico, que aporta protección inmunológica y transporta nutrientes y residuos. El líquido cefalorraquídeo permite que el sistema nervioso central flote y no quede en contacto con las paredes del canal vertebral o los huesos del cráneo. Asimismo impide que el encéfalo se deforme por su propio peso.

LCR Producción y Constituyentes

El LCF es un fluido limpio, producido por diálisis de la sangre en los plexos coroideos, que se encuentran en ambos ventrículos laterales (cerebro), tercer ventrículo (diencéfalo) y cuarto ventrículo (rombencéfalo). En menor proporción también se produce en las células ependimarias y vasos de la piamadre.

Las células de los plexos coroideos y las ependimarias producen el LCR por medio de una ultrafiltración del plasma sanguíneo y por transporte activo a través de dichas células. Estas células presentan uniones fuertes que previenen el paso de moléculas entre ellas. De la producción total de LCR, el 35% la produce el tercer ventrículo del cerebro, 23% el cuarto ventrículo y 42% proviene de la filtración de las células ependimarias.

El LCR tiene un nivel muy bajo de proteínas, básicamente albúminas y un bajo nivel de células. La bioquímica del LCR tiene altas concentraciones de sodio y cloro y bajas cantidades de magnesio. También son bajas las concentraciones de potasio, calcio y glucosa.

Circulación del LCR

El LCR se produce de forma continua en los plexos coroideos. Una vez producido, el LCR rellena el sistema ventricular y para evitar una acumulación excesiva, deberá ser evacuado hacia el espacio subaracnoideo. Para ello deberá atravesar dos orificios presentes en el cuarto ventrículo (orificios de Luschka). Para evitar la excesiva repleción del espacio subaracnoideo, el LCR es drenado hacia el seno venoso sagital dorsal a través de las granulaciones aracnoideas. Dichas granulaciones contienen vellosidades que actúan como válvulas, ayudando a regular la presión de LCR.

Cualquier interrupción a dicho flujo puede aumentar la presión, pudiendo llegar a causar compresión de las estructuras neurales. Ejemplos clínicos de estas situaciones son la hidrocefalia y la siringohidromielia.



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Este artículo ha sido traducido de Inglés por 'Fanny Olsson' - 16.09.2011.